Cree que una revolución agrícola como pretende el Gobierno y el agro no se consigue con un incremento de la frontera agrícola, sino con el uso de la biotecnología para aumentar la productividad de los cultivos. Dice que la semilla para la siembra de verano 2013-2014 está garantizada y que no se hizo nada para frenar el contrabando de maquinaria e insumos agrícolas.
¿Cuál es el balance de la demanda de insumos agrícolas y semillas que causó la campaña agrícola de invierno?
Resultó un poco complicada para el girasol y el trigo. Las condiciones climáticas jugaron en contra y la expectativa que había de rendimiento fue negativa. Fue un invierno atípico por el exceso de humedad derivado de las lluvias caídas en junio que incrementaron la demanda de insumos, sobre todo de fungicidas. La mala condición climática también atrasó la siembra de soya. En Santa Cruz se cultiva de 280.000 a 290.000 hectáreas en invierno. En condiciones normales, en junio, se cultiva para semilla y en julio para fines comerciales. Este año no se sembró en julio porque el tiempo no lo permitió. Hubo un atraso en la siembra, pero hasta el momento la soya en el norte registra un desempeño favorable.
Algunas firmas del sector dan cuenta de un supuesto déficit de semilla de soya derivado de la crisis en Argentina. ¿Cuál es el escenario real?
Bolivia se autoabasteció siempre de semilla de soya, pero en los últimos dos años se hizo una importación de Argentina para mejorar la calidad del grano. El norte de este país que nos abastece material genético este año resultó castigado por el clima. Hay menor oferta de semillas para importar, pero entendemos que hay solicitudes para internar 9.500 toneladas de Argentina. Se requiere de 50.000 a 55.000 toneladas para cubrir las 900.000 hectáreas que se prevé sembrar en verano. Importadas más o menos son 10.000 y tenemos 32.000 hectáreas de soya sembradas para semilla. Si calculamos un rendimiento promedio de 1,5 t/ha, está más que cubierta la demanda. En este momento no tenemos semilla disponible, pero la siembra de verano empieza en la segunda quincena de noviembre y el fuerte en diciembre. La semilla está en proceso.
¿Está asegurada la provisión de semillas de soya para la siembra verano 2013-2014??
Para que falte semilla de soya tuviera que suceder una catástrofe climática asociada a inundaciones que no permitan cosechar las 34.000 hectáreas que hoy están destinadas para semilla. En teoría, la oferta de semilla está garantizada para la siembra.
La Ley de Desmonte y el Censo Agropecuario supone un crecimiento de la frontera agrícola a escala nacional. ¿Está Bolivia preparada, respecto a la oferta de semillas, para cubrir la demanda?
Nos parece muy bien la propuesta de buscar el crecimiento de la frontera agrícola, pero creo que es más importante aumentar la productividad por hectárea y eso se logra con tecnología. No estamos en contra de que se habilite y aumente la superficie agrícola para producir alimento, pero primero se debe buscar incrementar la escala de rendimiento de al menos 2,5 a 2,8 t/ha en el caso de la soya. El desafío debe estar enfocado a incrementar los estándares de productividad no solo en soya, sino en todos los cultivos. Tenemos un camino largo por recorrer y varios procesos por cumplir.
¿Cómo conseguimos esto?
Tecnología significa investigación. En Bolivia se explora muy poco este asunto. Hay que importar tecnología y adaptarla a las condiciones climáticas y al suelo. Implica, además, mejorar la genética y eso se consigue abriendo la mente para implementar en los cultivos la biotecnología para tornar más eficiente y competitiva la agricultura. Si se aprueba el uso de la biotecnología, tomará entre tres y cinco años para poder adaptarla a las condiciones agrícolas del país. Hay que romper esa ideología de producir solamente para cubrir la demanda nacional de alimentos. Para asegurar la demanda nacional se debe producir con excedente de exportación. Así nos aseguramos que siempre vamos a tener lo suficiente para el mercado interno y el excedente exportarlo.
Una revolución agrícola se consigue con tecnología. El tren de la tecnología partió y Bolivia tiene que subirse aunque sea en el último vagón.
¿Qué puede pasar si Bolivia no logra dar ese paso?
Se retrasaría mucho más la tecnología en el tema rendimiento. Bolivia tiene una gran desventaja. Somos un país mediterráneo, lo que representa una traba para ser más competitivo. Si a eso le agregamos un obstáculo tecnológico que ponga un techo, muy bajo de productividad, no vamos a poder competir y la agricultura dejaría de ser un negocio para el agricultor y ese círculo vicioso será letal.
¿Hasta dónde evolucionó la denuncia que hizo APIA respecto al contrabando de agroquímicos y semillas?
No hubo avances significativos. Hemos alertado y sospechamos que en el sur del país hay bastante semilla transgénica de maíz que ingresa por contrabando. Se debe reforzar el control en la frontera con Argentina porque el tipo cambiario torna más atractiva la internación ilegal de insumos y maquinaria agrícola.
¿Cómo está el escenario de la importación legal de maquinaria e insumos agrícolas igual, mejor o peor?
Seguimos aguardando el decreto que prometió el Gobierno de liberar el arancel para la importación de productos agrícolas. Esto derivará en un descuento de un 10% en cualquier producto agrícola. En el ámbito comercial estamos igual.
¿Cuántos millones de dólares ‘mueve’ su sector?
Generamos $us 500 millones por año. En la presente gestión creceremos un 3%
PERFIL
Marcelo Traverso Carrasco
Ingeniero Agrónomo echó raíz en el oriente
Nació el 9 de enero de 1957 en La Paz. En 1974 salió bachiller del colegio La Salle (La Paz) y en 1978 se graduó de ingeniero agrónomo de la Escuela Agrícola Panamericana El Zamorano, en Honduras. En 1979 realizó el posgrado Administración de Empresas Cooperativas y un año después participó en el III Curso Internacional de Caficultura, Roya y Broca del café en Brasil.
En 1979 tuvo a su cargo la responsabilidad técnica de la Estancia Elsner hnos. S.A. (Espíritu, Ballivián, Beni).
En 1980 estuvo vinculado laboralmente con el Ministerio de Asuntos Campesinos y Agropecuarios (MACA). Se desempeñó como supervisor del Programa Roya del Cafeto en Riberalta (Beni) y en Yungas (La Paz).
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