El paceño Alejandro Serrate Valdivia, exgerente de la compañía de provisión de combustible Air BP, que era dependiente de British Petroleum, ahora se dedica a invertir en nuevos negocios. Su clave es la diversificación. Así, hoy apuesta a una cadena de comida rápida (pizzas El Tomate) como también a las clínicas capilares (Hair Recovery), construcción (empresa Rascacielos) e incluso incursionará en la franquicia de la cadena internacional de salones de belleza (Marco Aldany). Con un grupo de socios bolivianos y argentinos abrió Hair Recovery en Santa Cruz y en La Paz. La inversión en ambos suma un millón de dólares.
—¿Llegó a Santa Cruz a través de la gerencia de Air BP?
Sí, llegué a Santa Cruz (el año 2000) como representante de Air BP en la unidad de comercialización de combustibles, estuve varios años con ellos hasta el inicio del Gobierno de Evo Morales. Cuando empezaron con la reversión de las empresas que eran del Estado, entonces fui parte del proceso de nacionalización. Me quedé un tiempo para trabajar en una justa remuneración por la nacionalización, que dejé bien encaminada y pasó a un tema legal que ahora ve British Petroleum, pero de una manera amigable porque hasta ahora no han llegado a un arbitraje internacional.
—¿Qué lo animó a invertir en Hair Recovery?
Junto a unos socios instalamos Hair Recovery en Bolivia con una visión empresarial, por lo que abrimos una clínica en Santa Cruz y otra en La Paz.
Tenemos todo el apoyo de Argentina a través de los productos y la capacitación, por lo que hoy en día cada clínica tiene un grupo de médicos bolivianos capacitados.
—¿Y la respuesta del público?
Estamos llegando a las 600 personas operadas en Santa Cruz y 300 en La Paz; sin embargo, también se hacen tratamientos anticaídas y se restituye o nutre el cabello de la mujer que ha pasado por tintes, permanentes y otros.
—¿Es interesante el mercado cruceño para hacer negocios? usted ha incursionado en servicios médicos, restaurantes y construcción...
Vemos que en Santa Cruz de la Sierra cada vez hay una mayor afluencia de gente que viene del interior del país y una movilidad interesante de personas que pasan de la pobreza o del grupo de escasos recursos a la clase media. Entonces, hay nuevas ofertas en el mercado de los servicios debido a que el público se vuelve más exigente y prueba de ello son las franquicias internacionales que están llegando.
—¿Cómo fue que incursionó en la cadena de pizzerías El Tomate?
Conocí a Lucía Domínguez y a Nora Merren (fundadoras de las pizzas El Tomate) que llevan 18 años con esta novedosa pizza gourmet y entonces decidimos negociar porque tenemos objetivos similares. Mi esposa, Ana Carola Alayza, se encargó de la nueva imagen empresarial de la cadena. Entonces, este es un equipo de cuatro personas con responsabilidades distintas.
Además de las pizzas vamos a ampliar el menú con ensaladas y café, el concepto es ‘pizza al paso’ porque queremos estar más cerca de nuestros clientes; es decir, ser más accesibles.
—Sin embargo, la mano de obra es un dolor de cabeza para el sector gastronómico...
Sí, el gran problema en Bolivia son los recursos humanos para el sector gastronómico. No se encuentra personal calificado, entonces estamos trabajando en incentivar la profesionalización de los garzones y meseras.
—¿En qué otras áreas invierte?
Participo en el directorio de Gravetal, la mayor exportadora de granos, también en Ferroviaria Oriental, donde represento a un grupo de inversionistas y estoy trabajando en sociedad con un grupo de inversionistas paceños del sector inmobiliario.
—¿Construirán edificios?
Sí, es un concepto innovador. Son departamentos suites de un dormitorio para profesionales, living-cocina integrado, un baño y un roperito.
—¿Otro proyecto?
Acabo de negociar la franquicia Marco Aldany, una cadena de salones de belleza que se especializa en cambios de imagen y que mostrará el proceso en un reality show. Para ello estoy conversando con varios canales de televisión.
—¿Cómo ve al empresario boliviano?
Por alguna razón que todavía no entiendo, el empresario boliviano se ha quedado a desarrollar su negocio en el país. Es como si el mundo empezara y terminara aquí, pero debemos cambiar y ver otros mercados, como Paraguay, Brasil, Argentina y Perú. Además, la tecnología permite hacer los negocios a distancia
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