El analista afirma que los precios internacionales sostienen la economía, pero advierte con el fin de los ciclos extractivos. En su propuesta de pacto fiscal dice que hay que reorientar los recursos fiscales hacia los costos competenciales. Alerta por una mayor inflación
El Colegio de Economistas de Santa Cruz lo acaba de nominar como el economista del año 2013 y alista una ceremonia de gala para su distinción que será el 5 de diciembre. Este joven profesional que se destacó por su aporte a la propuesta del pacto fiscal, analiza la situación de coyuntura y toca los puntos álgidos de la economía nacional.
¿Cómo se da su elección como el economista del año?
Es una nominación que la recibo con mucho agrado y satisfacción a la vez. Agradezco al ente colegiado, ha sido un año en el que hemos estado muy ocupados por el acontecer económico, fundamentalmente por el trabajo de la propuesta del pacto fiscal.
¿Esto es como llegar a la cúspide de su carrera?
No. Podría interpretarse como tal, pero en realidad es el inicio de otro proceso porque más bien nos compromete a seguir dedicando más tiempo a la labor de investigación y de análisis.
¿Qué se puede resumir de la economía del país en este año que se va?
Para explicar el crecimiento que se está dando hay que comenzar por las grandes cifras impulsadas por los precios internacionales, sobre todo concentrados en los hidrocarburos, minerales y oleaginosas. Sin embargo, hay que dejar en claro que los dos primeros en algún momento se van a acabar y aquí está el problema de fondo: tenemos todavía una economía dependiente de los precios internacionales.
El tema de las oleaginosas es determinante para los productores de la región por el precio internacional, ¿Cómo ve este tema en particular?
En los últimos años se ha duplicado el precio de la tonelada de soya, pero el porcentaje de crecimiento de las hectáreas cultivadas apenas llegó a 20 puntos; creció el efecto precio pero se quedó en volumen. Aquí quiero aterrizar la idea de que si los grandes excedentes los traducimos en base productiva, en el futuro será lo único seguro que nos quede.
¿La bonanza nos llegó en el momento justo?
Estamos en un ciclo prolongado de más de seis años con precios buenos, pero las señales nos muestran que a corto o mediano plazo esto se acabe; en el mercado internacional los precios son referenciales.
Entonces tiene sentido el pedido del Gobierno a los productores para invertir más...
El vicepresidente (García Linera) dice que inviertan $us 1.000 millones y yo sugiero que se inviertan $us 2.000 millones, pero hay que preguntarse con qué confianza el empresariado podrá invertir estas cantidades, con qué seguridad jurídica.
¿Cómo está el país en el contexto regional?
Lo de Argentina es algo repetido. Se puede afirmar que hoy día está retoñando lo que se podó en 2001. Brasil, si bien ha captado $us 120.000 millones de inversión extranjera, probablemente no crezca acorde a su proyección. Si comparamos el PIB per cápita de Argentina, Brasil, Chile y hasta Perú, con todos los problemas que han tenido se ve que la calidad de vida de sus ciudadanos está mejor que la de los bolivianos; esto también se refleja en el poder adquisitivo de las personas.
¿Esta es quizá una de las razones de la migración continua de los bolivianos?
Sí. La gente migra porque aquí no hay salarios dignos y lo poco que hay no está sustentado en una base productiva.
¿Qué otras cosas observa con preocupación en el acontecer económico del país?
Algunas medidas del Gobierno que no termina de aprender que la economía no se puede forzar. Con un decreto no se puede ligar una variable macroeconómica, con una ley no se puede ligar un precio; la economía es dinámica y por lo tanto tiene que flotar. El Estado debe intervenir en la economía, pero hay un concepto erróneo en la forma.
¿Cómo ve los índices porcentuales de la inflación?
Hay errores de estimación que afectan a los agentes económicos. Se habló de una inflación acumulada de menos de 5%, pero creo que cerrará con más de 7%; ahora hay que ver cómo hará el Gobierno para detener la subida con semejante medida como el doble aguinaldo. Esta debe ser otra referencia para tomar en cuenta la posibilidad de apostar por una mayor base productiva.
¿A qué apunta la propuesta del pacto fiscal?
Lo primero que busca la propuesta de pacto fiscal es tratar de equiparar las grandes desigualdades regionales que existen en Bolivia. Hay variables como el tema salud y seguridad, por ejemplo, en el que hay tantas urgencias y marcadas desigualdades no solo con Santa Cruz, sino en otras regiones; esto es lo prioritario, según la propuesta.
Pero el Gobierno lo ha rechazado en primera instancia, ¿Qué piensan hacer?
Hay que reorientar los recursos fiscales hacia los costos competenciales. Puede darse que un departamento reciba más ingresos de lo que cuestan sus competencias o viceversa. Ya hemos lanzado la propuesta de local y ahora nos toca jugar de visitante, hay que explicar el pacto fiscal a todo el país
PERFIL
Carlos Hugo Barbery Alpire
ECONOMISTA
BOLIVIANO
MONTEREÑO
16 DE ABRIL DE 1980
trayectoria profesional
Economista, magíster en dirección estratégica y finanzas; posgrados en historia regional e historia latinoamericana; liderazgo para la Competitividad Global, DAEN y especialista en fijación de precios. Cuenta con 10 años de ejercicio profesional en el sector público y privado y tiene una amplia trayectoria institucional.
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