martes, 23 de febrero de 2016

Economía digital… ¿qué es eso?



Todo está cambiando, todo se está transformando, parece un virus más poderoso que el ébola, que el SIDA, que el zika… o cualquier otro que apareciere o lo “crearen”, todo se convierte en unos y ceros, todo se “digitaliza”. Las tecnologías de la información y el conocimiento están irrumpiendo en la cultura, en la sociedad y hasta en la economía. Nuestra forma de comprar, de relacionarnos con otras personas y de trabajar ha cambiado: no tiene nada que ver con lo que era años atrás.

En 1995 Don Tapscott acuñó el término “economía digital” en su libro “La economía digital: promesa y peligro en la era de la inteligencia en redes”.

Hoy en día es conocido también como “economía en Internet”, “nueva economía”, “economía web” o “economía digital”, y no por “digitar” a la economía sino por lo mencionado líneas arriba, se ha ido entrelazando cada vez más con nuestra economía tradicional hasta el punto que ya es difícil diferenciar entre ellas, gracias al elemento fundamental e importante que es el Internet, convirtiéndose en el verdadero gestor de lo que hoy llamamos la “globalización”.

Si mal o bien en nuestro medio el Internet parece una tortuga decrépita y con tuberculosis a la velocidad que va, nos permite estar vinculados con el mundo o el amigo o la amiga y ser parte de tal globalización. Al final, nos guste o no, la “economía digital” llegó para quedarse y la tenemos en la palma de la mano (smartphone).

Principios de economía digital
• Los usuarios son los que tienen el poder de decisión y mucha información a su alcance.
• La información se genera de una forma muy rápida y está disponible a un solo clic.
• El espacio ya no está limitado, sino que todo el mundo está conectado.
• Los productos y servicios pueden estar disponibles para los usuarios en cualquier lugar y momento.
Modelos de negocio
En esta nueva forma de economía que entró sin permiso o con nuestro consentimiento en nuestras vidas, que va revolucionando la forma de vender y en la que los consumidores compran, presenta modelos definidos y aceptados por el entorno y la comunidad digital:
• Business to Consumer (B2C): el comercio electrónico realizado entre los consumidores finales y las empresas vendedoras.
• Business to business (B2B): el comercio electrónico entre empresas a través de internet.
• Business to government (B2G): transacciones que realizamos con la administración pública.
• Consumer to consumer (C2C): son las transacciones realizadas entre consumidores de forma directa sin la intermediación de empresas.

Se estarán preguntado con cuál de estas modalidades de negocio electrónico han interactuado y con qué frecuencia la utilizan, o los reacios a aceptar su influencia, en su actuar, negarán su importancia y relevancia, puesto que la consulta que hacen de sus saldos bancarios desde su “smartphone” o pagos con “tarjeta” no corresponde al comercio electrónico y menos aún no tiene relación con la economía digital.

Ya es hora de que nuestras empresas, los usuarios o consumidores, el Gobierno y todos los involucrados en la economía del país nos incorporemos a la “economía global” y sacar provecho al tesoro más grande que es “la información”.

Ya muchos la aceptaron de una manera “racional” en sus casas, sus empresas o en la formación y educación; sin embargo, no todo es una taza de leche, hace prever que en la nueva economía la riqueza estará más concentrada, los derechos básicos como la privacidad irán desapareciendo y el empleo se verá amenazado.

En consecuencia, se tiene que planificar las economías públicas y privadas tomando en cuenta estos nuevos escenarios.

Si mal o bien en nuestro medio el Internet parece una tortuga decrépita y con tuberculosis a la velocidad que va, nos permite estar vinculados con el mundo o el amigo o la amiga y ser parte de tal globalización. Al final, nos guste o no, la “economía digital” llegó para quedarse y la tenemos en la palma de la mano (smartphone)