martes, 26 de noviembre de 2013
Eduardo Kilibarda. El presidente de la empresa metalmecánica Eduardo S.A.
A los 17 años, luego de graduarse como bachiller en su natal Tupiza (Potosí) Eduardo Kilibarda emprendió viaje a Brasil. En San Pablo estudió Administración de Empresas y trabajó en varias industrias, para luego emprender sus propias fábricas en ese país. Además, estudió Derecho y Periodismo. Asegura que la violencia lo hizo dejar Brasil y retornar a Bolivia hace 40 años, cuando abrió la metalmecánica y fundidora de acero Eduardo S.A., una fábrica de zapatos con el mismo nombre y una carpintería. Confiesa que ama el aprendizaje y la enseñanza, lo que motivaron su nuevo emprendimiento. Así, en el año 2000, invirtió $us 12 millones para construir el colegio privado Eagles School.
—¿Qué recuerda de su experiencia en Brasil?
Estudié y trabajé en ese país por varios años, incluso abrí dos fábricas, una de filtros y otra de equipos de gimnasia que exportaba a Europa. En 1985 decidí volver al país porque San Pablo se volvió una ciudad muy violenta.
—¿Cómo empezó con la metalmecánica Eduardo S.A.?
Hace 40 años abrimos una carpintería, una metalmecánica y una fábrica de zapatos marca Eduardo en la avenida Brasil. Ahora estamos en Warnes, sobre una superficie de 40.000 metros cuadrados, porque hicimos una alianza estratégica con una firma alemana para producir partes y piezas para fábricas de cemento. Para ello, importamos maquinaria de Inglaterra, EEUU y Holanda, por lo que invertimos $us 15 millones, pero lo más importante es la tecnología que recibimos porque trabajamos con todo tipo de aceros aleados. Decidimos trabajar en Santa Cruz porque, pese a la ola de asaltos que se vive hoy, todavía es el lugar más seguro de América Latina.
—¿Exportan sus piezas?
Sí, a Estados Unidos, Alemania, Argentina, Brasil, Uruguay y Perú. Incluso Alemania provee nuestras piezas a empresas de Oriente Medio. Un 40% de nuestra producción es para exportación y el resto para el mercado interno. Ahora, con la planta esperamos aumentar nuestra producción un 200% y apostar más a los mercados externos, en especial a Colombia y a Brasil.
—¿Es pequeño el mercado interno para sus productos?
Sí, en Bolivia nuestro principal cliente es la compañía Soboce y tenemos el 90% de la industria cementera. También trabajamos con todos los ingenios azucareros.
—¿Tienen competencia?
No, porque son piezas a pedido. Nuestro éxito se debe a que se cuidan los procesos de calidad y tenemos recursos humanos que aman la perfección.
—En su tiempo fabricaron las máquinas de costurar Singer...
Sí, durante tres años, pero los chinos fabricaron máquinas más baratas y, entonces, dejamos de hacerlo.
—¿Continúan con la fábrica de zapatos?
No, la vendimos a los distribuidores de zapatos. Trabajamos con la marca Eduardo durante una década, eran calzados de calidad, incluso el expresidente de la República Hugo Banzer y varios diplomáticos eran nuestros clientes.
—¿Cómo se hace industria en Bolivia?
Creo que el empresario boliviano es una persona extraordinaria, que toma riesgos a diario por mantener sus empresas flotando. El empresario boliviano es adicto al juego, le gusta correr riesgos.
—¿Cómo decidió dar un giro de la industria a la educación en sus inversiones?
Mi madre y mi padrastro eran profesores, desde siempre tuve la intención de dedicarme a la educación. Además, toda empresa que se consolida debe desarrollar una labor social, por ese motivo Eduardo S.A. abrió Eagles School y en 12 años se ha convertido en un referente en la región. Por ejemplo, creamos un sistema de enseñanza en inglés que adoptaron varios colegios de Río de Janeiro y ahora estamos negociando con la Alcaldía de esa ciudad para que también se aplique en las escuelas del sistema público. Además, estamos promoviendo el mismo sistema en Perú y Argentina.
—¿Cuánto invirtió en el colegio Eagles School?
Fueron $us 12 millones, generamos empleos para 172 personas y hasta la fecha hemos formado a 1.000 bachilleres.
—¿Qué lo apasiona más: la industria o la educación?
Ambas, pero es evidente que la industria me permite una mayor solvencia económica.
—¿Continuará en la dirección del Eagles School?
Cuando empecé con el colegio me di un plazo de dos años hasta encontrar un director que se haga cargo, pero me apasionó la educación y ya llevo 12 años en el colegio y voy a seguir acá porque la juventud está desorientada. La familia ha perdido protagonismo y se necesita que el colegio sea una guía.
—¿Qué opina del momento económico que vive Bolivia?
Creo que actualmente se viven tiempos difíciles en el país porque, pese a las buenas condiciones económicas que hay en el mundo y a la riqueza, es evidente la improvisación de nuestros líderes a la hora de tomar decisiones
PERFIL
NOMBRE:
EDUARDO KILIBARDA
OCUPACIÓN: EMPRESARIO Y DIRECTOR DE COLEGIO
EDAD: 75 AÑOS
ESTADO CIVIL: CASADO CON MARÍA EUGENIA JIMÉNEZ. TIENE CINCO HIJOS
HOBBIE: ESCRIBIR Y NADAR
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