miércoles, 27 de noviembre de 2013

Reclamá el crédito

Cuando Alicia propuso llevar a Enrique (un político controversial que nunca da entrevistas) como potencial entrevistado para el programa en el cual es productora, su jefa sacudió la cabeza y sin lugar para negociar dijo: “No, no me gusta”. Sin dejarse desanimar, Alicia contestó: “Bueno, igual lo voy a proponer al equipo a ver qué dicen”. Al fin y al cabo, pensó, el equipo de producción decidía los invitados por consenso.

Cuál sería su sorpresa cuando durante la reunión de producción, sin darle tiempo a compartir su sugerencia, su jefa anunció que le gustaría traer a Enrique al programa. Alicia no dijo nada en público pero en privado le recordó que esa había sido su idea, a lo cual su jefa respondió encogiendo los hombros con desinterés.

¿Cuántas veces te ha ocurrido que otros te ‘roben’ las ideas impunemente? ¿Que se lleven el crédito por una sugerencia recibida con indiferencia, cuando vos la hiciste más temprano en una misma reunión?

Por desgracia es algo que nos sucede con bastante frecuencia a las mujeres, tal vez porque en ciertos medioambientes no nos toman en serio, o porque cuando presentamos una idea lo hacemos sin la convicción necesaria para que el grupo la evalúe con la atención debida.¿Cómo lograr que la próxima vez que tengás una buena idea podás proponerla con la confianza de que no te la robará alguno de los presentes?

En realidad no hay garantías. Siempre que decís algo en público te arriesgás a que alguien te plagie, pero esa no es razón para quedarte callada (el mejor camino a pasar desapercibida y perder oportunidades laborales). Hay sí algunos recaudos que podés tomar para minimizar la probabilidad de que esto suceda.

Dentro de lo posible, poné tus ideas por escrito y enviáselas al grupo antes de la presentación. De esa manera, podés referenciar el email y todos tienen claro que hay un récord escrito.

Escuchá primero las ideas propuestas por otros y proponé la tuya una vez que veas hacia dónde va la conversación. A veces, cuando proponés algo al principio de una sesión de brainstorming la gente usa tu idea como base para edificar las suyas y la tuya pierde peso. El grupo tiende a recordar el concepto final y no el primero que se propuso. Y también es común que el grupo no esté listo para escuchar una idea completamente nueva al comienzo de una reunión, pero que luego de haber escuchado diferentes variaciones de un mismo concepto, esté preparado para escuchar algo diferente.

Cada vez que propongás algo, asegurate de hacerlo en una oración declarativa. Evitá elevar el tono al final de la oración convirtiéndola en una pregunta y quitándole de esa manera autoridad a tu voz.

Si aún tomando estos recaudos sos víctima de que alguien te ‘robe’ la idea, podés hacer algún comentario -libre de sarcasmo antipático- como: “Me encanta que al final hayamos regresado a la propuesta que hice hace un rato.”

Por otro lado, tenés que considerar la posibilidad de que funcione en tu favor no reclamar el crédito. Hay ocasiones en que lo fundamental es que el grupo adopte una idea en la que todos crean sin importar realmente quién la tuvo porque el gran desafío es quién logra implementarla con éxito. Por ejemplo, la jefa de Alicia puede decir que la idea de llevarlo a Enrique al programa fue de ella, pero si Alicia es la que logra que Enrique -siempre reacio a hablar con la prensa- acepte dar una entrevista exclusiva al programa, la que al final se llevará el reconocimiento será Alicia. Porque hay momentos en que la implementación de una idea es mucho más valiosa que la idea en sí.

Como conclusión: protegé tus ideas lo mejor posible usando todas las herramientas a tu alcance y considerá que a veces es una buena estrategia no pelear para que te den el crédito de todas ellas. Hay situaciones en que la implementación exitosa de esa idea es mucho más importante


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