En el mundo de la modernidad hay una sola moneda. Una cara representa a la economía y la otra a la política. En la cara que representa a la economía se lee: ‘Economía de mercado’. En la otra se lee: ‘Democracia’. Se entiende por democracia aquel sistema de organización política cuyas características fundamentales son la libertad y la igualdad.
Se reconoce que todas las personas que viven en un determinado país son iguales ante la ley, lo cual quieren decir que todos gozan de los mismos derechos. Esto no quiere decir que no haya diferencias económicas, de capacidades y de talentos.
En la naturaleza del hombre está buscar la distinción, ser mejor que los demás. Los humanos, unos más que otros, buscan ser admirados y aplaudidos. Esto permite entender por qué en el mundo moderno se ha impuesto la economía de mercado. Este sistema económico permite y promueve que la gente desarrolle todos sus talentos al momento de producir bienes y servicios para los demás, quienes le reconocen su aporte. Como bien señala Ayn Rand, el hombre es un ser heroico siendo su actividad productiva lo más noble.
La esencia de la economía de mercado es la libertad del intercambio, sin embargo, en la realidad las economías de mercados no gozan de un mismo grado de libertad. Hay economías de mercado con mayor intervención gubernamental que otras. No obstante, la tendencia en el mundo es que cada vez aumente la libertad económica en los países, así todo el mundo gana.
Se puede decir que se vive en una sociedad democrática si los gobernantes son producto de formales elecciones libres y competitivas y donde existen los representantes del pueblo, también elegidos competitiva y libremente, para que hagan leyes y normas que defiendan los derechos de todos, no solo de las mayorías, también de las minorías. Esta es la democracia liberal, que también es la tendencia a imponerse en el mundo.
Para que la democracia se desarrolle, el Estado debe disminuir su intervención en la actividad económica, porque ésta es la que frena el avance de la democracia. En la medida que aumenta el gasto público, la intervención sobre la economía y el comportamiento de los mercados, la democracia tiende a convertirse en ‘democracia autoritaria’, porque nunca un gobierno puede escuchar a todos y menos atender y satisfacer los intereses económicos de todos. Así, vemos que la democracia liberal requiere de la economía libre de mercado. Van juntas
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