martes, 1 de octubre de 2013

Control de la inflación



La economía boliviana está experimentando nuevas presiones inflacionarias de acuerdo con los datos oficiales. Para fines de agosto la inflación acumulada de 2013 alcanzó un 4,23%, siendo la inflación acumulada a 12 meses un 6,08%. Si se considera que la meta inflacionaria fijada por el Gobierno era de un 4,8%, evidentemente esto ha puesto en alarma a las autoridades económicas del país.
La prensa nacional ha registrado, el viernes 13 de septiembre, que el ministro Luis Arce Catacora, titular del Ministerio de Economía y Finanzas Publicas, informó que el Gobierno nacional ha tomado dos medidas al respecto. Por un lado, se ha decretado la libre importación (arancel nulo) de tomate, un producto cuyo precio en las últimas semanas ha sufrido incrementos notables, para consternación de las amas de casa. Por otra parte, el Banco Central de Bolivia deberá incrementar su oferta de títulos o bonos, para reducir la liquidez de la economía.
La situación y la respuesta del Gobierno merecen dos comentarios. Por un lado, hay que ponderar positivamente la rápida respuesta del Ejecutivo frente a una situación que genera angustia entre la población, en particular de los asalariados del país, que en un proceso inflacionario, ven con preocupación cómo el poder de compra de sus salarios se va reduciendo, y que se hace más difícil lograr que alcance el sueldo hasta fin de mes.
Por otra parte, hay que señalar que es muy probable que ambas medidas logren su cometido, a no ser que, en el proceso, intervengan otros factores que compliquen el escenario. En esto hay que ponderar el pragmatismo del Ejecutivo, pues, pese a su discurso socialista, y a la afiliación promarxista de los más altos jerarcas del régimen, se está aplicando, adecuadamente en nuestra opinión, claras directrices de economía liberal y monetarista: libre mercado para abastecer el mercado, y emisión de bonos del BCB para reducir la oferta monetaria. Friedman antes que Marx.
Sin embargo, hay algo en una nota de prensa que llama la atención. La nota señala las palabras del señor ministro: “Se le instruyó al BCB una mayor agilidad en la colocación de títulos”. “Se instruyó”. En tal caso el señor presidente del BCB, don Marcelo Zabalaga, y los demás directores del instituto emisor, todos ellos interinos, según sabemos, deben espabilarse para obedecer las órdenes del señor ministro. Por esto, parece que la presunta independencia del BCB es cosa del pasado

Marco Antonio Del Río - Profesor De Economía - Y Finanzas De La Uagrm

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