Analizaba recientemente el poder que tiene el marketing para persuadir a las personas hasta hacer que ellas estén dispuestas a adquirir determinado producto o servicio.
Esta situación tiene su explicación en la teoría de marketing que dice que existen dos tipos de necesidades entre las personas: uno es las necesidades sentidas (aquellas que el individuo está consiente que tiene (por ejemplo, uso de un abrigo por que siente frío); y el otro tipo son las necesidades latentes, aquellas que están en el subconsciente y el marketing se encarga de sacar a la conciencia (por ejemplo, tomar una Coca Cola porque genera estatus).
Si nos ponemos a analizar estas dos situaciones encontraremos lo importante que es definir cuál es la necesidad que cada uno de los productos o servicios satisface realmente, pues nos sorprenderíamos al ver que pueden existir varios que satisfacen necesidades latentes que en algún caso son resultado de una buena estrategia comercial de marketing.
¿Cual es el poder que tiene el marketing? ¿Será posible que nos ayude a vender productos o servicios que la gente no necesita?
Seguramente la respuesta será algo complicada por los intereses que puede llegar a afectar, pero hay una realidad que no escapa de este análisis y es la multitud de productos o servicios que hoy tienen poderosos mercados cautivos porque se manejaron bien las estrategias de marketing. Las empresas hacen un redoblado esfuerzo por mantener a los clientes adquiriendo el producto o servicios mediante fuertes estímulos de marketing.
El marketing entonces se constituye en una herramienta persuasiva muy poderosa en el mercado actual.
"No debemos olvidar que una marca que llega sólo a la mente del potencial consumidor consigue un comportamiento, pero una marca que llega a su corazón conseguirá su compromiso con el producto o servicio"
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