Luis Pablo Cuba Rojas. Docente universitario
La economía mundial ha experimentado en esta última década cambios significativos que han tenido mayor repercusión en la globalización de los mercados, entre éstos se encuentran los mercados tecnológicos, industriales y financieros.
El mercado financiero facilita el crecimiento de los países en virtud de no existir restricciones a los flujos de capitales. Sin embargo, como resultado de la crisis financiera del 2008 se ha puesto en duda la desregulación de los mercados por el efecto recesivo que ha tenido sobre la realidad económica de los países.
Sin embargo, los países menos expuestos a los mercados financieros son los que han tenido menos efectos negativos sobre su economía productiva o real. Uno de ellos es Bolivia y que contrasta con la evolución que han tenido los países vecinos de América Latina.
En ese sentido, el sistema financiero en Bolivia ha tenido una importante influencia sobre la economía real, pero mayormente concentrada en el sector terciario de la economía. Es decir, en sectores vinculados a la construcción, comercio y servicios, existiendo poco incentivo para el desarrollo industrial en términos de exportación de bienes no tradicionales por la baja competitividad en los mercados internacionales.
En otras palabras, se ha preferido sacrificar el sector secundario (industrial) por incrementar la demanda interna, pero sin cambiar nuestra matriz productiva de país primario-exportador y seguimos con pocas posibilidades de contar con una economía formal en términos de aporte al crecimiento sustentable de la economía nacional. En síntesis, no se han generado las suficientes externalidades positivas para el crecimiento económico.
"Se ha sacrificado al sector secundario (industrial) por incrementar la demanda interna, pero sin cambiar nuestra matriz productiva. Seguimos con pocas posibilidades de tener una economía formal en términos de aporte al crecimiento sustentable"
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