No hay nada mejor que sentirse victorioso después de haber conseguido los objetivos deseados como recompensa de un plan de trabajo o meta. Sin embargo, muchas veces las cosas no salen como uno quisiera y se siente defraudado y pierde las esperanzas. En otras palabras, lo que pudo ser algo espectacular se convirtió en una amarga experiencia. Por su parte, los especialistas indican que en realidad todo radica en la actitud que se elija para recordar estos malos momentos y en las acciones posteriores a partir de dicha situación.
Sentimiento común. Juan Sebastián Celis, experto en temas de desarrollo personal, señala que después de una mala racha es común en los seres humanos sentir "que la vida no tiene sentido", porque pese a muchos intentos por seguir adelante, siempre habrá factores que afecten negativamente, creando y sintiendo esa sensación de maldición o mala racha, que no nos permite avanzar ni mejorar en ninguna circunstancia.
Qué sucede. Lo que sucede, señala el experto, es que la mayoría viene programado desde niños a la predisposición del fracaso, a tal punto que en nuestra sociedad incluso los miembros de nuestra familia tienden a indicarnos que la mayor probabilidad en cualquiera de nuestros emprendimientos es la de fracasar, debido a que muy posiblemente estas personas no conocen la intensidad con la que vibra nuestro corazón al pensar en lograr el éxito con dichas acciones. "La mayoría de las personas intenta ver con mayor prioridad lo malo que lo bueno y es de esperarse en un mundo en el cual se juzga a otro por lo que hace o deje de hacer", explicó.
Ir contra la corriente. Ante esta situación, la solución es ir contra la corriente, aunque no es tan sencillo. Para ello, uno debe gozar de una sólida personalidad y temple para lograr convencer a los demás de que lo que se hace es lo correcto, así sea poco ortodoxo. Asimismo, señala que debemos aprender a "no escuchar" a aquellas personas que estén en contra de los sueños y metas que uno comparte. "A todas esas personas debemos aplicarle un filtrado a sus conversaciones, para tomar solo lo bueno (si es que lo hay). Muchos se pasan el día hablando mal de los demás y de sí mismos; lo ideal sería poder evitar a esos 'muchos'", aconsejó.
Nosotros. Sin embargo, no todo es culpa de los demás, sino la consecuencia de nuestros actos, así que la segunda parte de la solución es cambiarnos a nosotros mismos, para poder redefinir nuestro estilo de vida y aspiraciones, para lograr todo aquello que nos proponemos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario