Las raíces estructurales de la oferta eléctrica obligan al Gobierno a pensar en medidas de fondo, como eliminar la subvención del gas a las termoeléctricas, impulsar la generación de energía a través de nuevas plantas hidroeléctricas y otras fuentes renovables.
La escasa reserva no llegó por error. Estamos arrastrando el problema de años, donde se necesitan cambios radicales de políticas y cambios dolorosos, a mi criterio. El problema estructural es que la única manera conveniente y económica de generar electricidad con las tarifas actuales es la termoeléctrica, porque el gas es subvencionado (a un valor de 1,30 dólares el millar de pie cúbico).
Con este precio del gas se pueden mantener las tarifas eléctricas en el Sistema Interconectado Nacional (SIN), pero las demás fuentes de electricidad, como la hidroeléctrica o la energía eólica y solar, no pueden competir porque económicamente no son rentables en Bolivia. El resultado es la falta de generación de suficiente oferta de energía frente a una creciente demanda.
En mi criterio, es un crimen estar quemando gas a 1,30 dólares, cuando se lo puede vender a Argentina en 8 dólares; el país está perdiendo. Si uno tuviera solo el gas para producir, pero teniendo energía eólica, solar y, sobre todo, hidroeléctrica no se justifica.
Entonces, se debería hacer viable desde el Estado nuevas plantas hidroeléctricas, subvencionar la energía solar y eólica a través de incentivos, como bonos, créditos y hasta donación internacional interesada en fomentar el remplazo de la quema de combustibles fósiles por energías renovables.
La mayor tarea del Gobierno es ejecutar proyectos termoeléctricos e hidroeléctricos que aumenten la oferta eléctrica de más de 1.250 megavatios (MW) con el que se cuenta en la actualidad y que no es suficiente para la demanda creciente.
Hasta el momento se tiene conocimiento de que el Banco Central de Bolivia (BCB) otorgó un financiamiento que asciende a $us 176,2 millones a la estatal Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) para la construcción de termoeléctricas en la subsidiaria Valle Hermoso, lo que permitirá aumentar la potencia del SIN con 115 MW.
No obstante, los nuevos proyectos de generación eléctrica requieren de tiempo. Por ejemplo, una termoeléctrica tarda por lo menos tres años y una hidroeléctrica, cinco
No hay comentarios.:
Publicar un comentario