Si ya obtuviste capital para tu negocio, prepárate para organizar estos recursos y disponer de ellos estrictamente para cumplir los objetivos que proyectaste. Analiza la situación actual de tu empresa y dedica tiempo suficiente para hacer tu plan de pagos, a fin de sacarle el mayor provecho al dinero que recibiste. Además, toma en cuenta que las estructuras y condiciones del mercado pueden cambiar. Quizá hoy tengas grandes bonanzas, pero mañana se puede presentar una situación totalmente distinta. Así que considera los diferentes escenarios para administrar tu capital.
Elabora tu presupuesto financiero. Gastar sin planeación solo te dejará sin recursos. Por ello, comienza por equilibrar los ingresos y los gastos de tu compañía, fomenta el ahorro interno y crea un fondo para situaciones no contempladas. Es imprescindible elaborar un presupuesto financiero, que no es otra cosa que la previsión de tus egresos.
Calcula el precio del financiamiento. Aunque ya conoces la tasa de interés del financiamiento que obtuviste, los expertos recomiendan que la verifiques nuevamente cada cierto tiempo. Esto debido a que las tasas de interés fluctúan por diversas razones: comportamiento de la inflación, oferta y demanda de los títulos a determinados plazos, tasas internacionales de interés, crecimiento de la economía, etc. El pronóstico de la fluctuación en las tasas de interés, cuyo principal referente es la inflación, es la herramienta clave que te ayudará a diseñar tu estrategia de distribución del financiamiento. Recuerda que el rendimiento de tu negocio debe dar, por lo menos, el doble de la tasa de interés del préstamo. Así no generarás pérdidas para tu negocio.
Fija objetivos. Lleva tus números en orden y calendariza oportunamente tus pagos. Crea un plan procurando no ahorcarte con una carga excesiva ni comprometiéndote con lo que no puedas cumplir. Debes ser realista.
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