martes, 17 de septiembre de 2013

Cochabamba Urgen soltar creatividad para retomar crecimiento

Para salir del estancamiento económico en que se encuentra Cochabamba debido a la inseguridad jurídica para las inversiones y la falta de un plan estratégico de desarrollo, recomiendan que el departamento necesita consolidar todas sus vocaciones productivas. Con ello, Cochabamba podría reencauzar su crecimiento y desarrollo sostenible, coincidieron los analistas económicos Roberto Laserna, Rodrigo Paniagua, Gustavo Rodríguez Cáceres y el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba (FEPC), Jaime Ponce.

En criterio de Laserna, el estancamiento de Cochabamba se debe al entorno económico, jurídico y político del país, que no permite que los inversionistas desplieguen su creatividad e iniciativa para identificar mercados y nuevos productos que viabilicen la economía.

A tiempo de referir que la falta de un plan estratégico de desarrollo sería un “pretexto para encubrir la desorientación de la Gobernación y Alcaldía, que no saben qué hacer para reencauzar la economía”, Laserna dijo que la economía está estacionada porque los emprendedores no tienen certeza de que sus inversiones y propiedades serán respetadas. Aseguró que "en este momento predomina el poder político sobre la dinámica económica y eso crea incertidumbre”.

El director ejecutivo del Consejo de Competitividad de Cochabamba (CDC), Rodrigo Paniagua, sostiene que el estacionamiento de la economía se debe a que en la década de los 90, Cochabamba sufrió una transformación en su estructura productiva basada en la producción de granos, por otra proveedora de servicios, en logística de transporte, almacenaje, servicios financieros y no financieros, salud y educación que empezaron a crecer generando economía.

“Muy pocos se dieron cuenta del cambio de la estructura productiva y eso ha permitido que, de alguna manera, algunos planes de desarrollo del departamento, por ejemplo, sigan priorizando temas que tal vez ya no son prioritarios”, sostuvo.

Refirió que los últimos cinco años los cochabambinos reconocieron que ya no son el granero de Bolivia y empezaron a desarrollar nuevas, diferentes y diferenciadas vocaciones productivas.

Jaime Ponce, presidente de la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba (FEPC), dijo que le preocupa el decremento de la actividad productiva industrial manufacturera que en el año 1988 representaba el 25 por ciento de la actividad industrial departamental y hoy llega apenas al 14,32 por ciento.

Para revertir la situación de estancamiento dijo que la FEPC está planteando al Gobierno un programa de inversión pública y normas que garanticen inversiones en infraestructura vial, riego, energía hidroeléctrica, termoeléctrica y exploración de reservas de hidrocarburos.

Respecto al nuevo potencial productivo de Cochabamba, Laserna dijo que se debe aprovechar su clima, sus carreteras y su posición geográfica en el corazón de Bolivia. Esto para atraer inversiones, crear nuevas empresas, desarrollar nuevos productos y concretar nuevos mercados. “Si hubiera seguridad jurídica, yo creo que los cochabambinos desplegarían su creatividad, su imaginación y su iniciativa empresarial”, sostuvo. Paniagua informó que la gastronomía, hotelería, turismo, salud y educación, son las nuevas vocaciones que generan ingresos departamentales y recomendó su explotación intensiva, así como de los minerales no metálicos y las reservas de gas y crudo que encierra el trópico.

Al respecto, el experto en hidrocarburos, Rodríguez Cáceres, informó que los bloques Mamoré, Chimoré y al norte el Isiboro Sécure, encierran las mayores reservas de gas y petróleo del departamento, están a la espera de inversiones en sísmica y exploración para compensar o sustituir toda la producción de hidrocarburos que se va agotando paulatinamente.

Para desarrollar todo ese potencial energético propone una nueva política de inversión y exploración integral, a cargo de YPFB Chaco, que en los últimos años fue la única que realizó prospección y exploración.

Participación en PIB

El año 1988, la economía de Cochabamba participaba con el 18,3 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia; esa participación cayó al 16,9 por ciento el año 2005 y hoy se sitúa en un 14 por ciento, debido a dos factores: uno, el aumento de la participación del departamento de Tarija en el PIB nacional, debido a una mayor explotación de hidrocarburos, y dos, por las bajas tasas de crecimiento del departamento de Cochabamba, que en la última década creció en 3,5 por ciento, según estudios de la Fundación Milenio.



Indicadores

El departamento de Cochabamba tiene una población de 1.758.143 habitantes, según el Censo 2012. La tasa de crecimiento de la población es del 1,68 por ciento anual, superior al promedio nacional (2,24 por ciento). La extensión territorial es de 55.631 kilómetros cuadrados. Cuenta con 16 provincias que, a su vez, están divididas en 45 secciones de provincia, según estadísticas de la Gobernación del departamento.

El número de empresas creció de 3.172 el año 2005 a 1.278 el año pasado.

En el periodo 2009 y 2012, las exportaciones no tradicionales en volumen se incrementaron levemente de 145,64 a 146,35 millones de kilos; mientras que en valor crecieron de 82,26 a 125,50 millones de dólares.

En el mismo periodo las importaciones en volumen crecieron de 203,15 a 335,54 millones de kilos y en valor de 429,01 a 664,07 millones de dólares.

En los últimos seis años, la Gobernación, los municipios y la universidad pública de Cochabamba recibieron del Gobierno 13.722 millones de bolivianos por concepto de transferencias y regalías departamentales, por la explotación de hidrocarburos en el trópico de Cochabamba.



EL NARCOTRÁFICO Y EL CONTRABANDO

Varios rubros se mueven fuera del marco legal

Detrás de la “aparente bonanza económica cochabambina”, que el común de la ciudadanía asocia con las modernas edificaciones que se levantan en las ciudades del eje metropolitano, el negocio de automotores y el incremento de centros comerciales, se encontrarían los dólares provenientes del narcotráfico y del contrabando, sostiene un especialista en economía que prefiere guardar en reserva su nombre.

Refirió que cuando uno pregunta que tal o cual familia cómo puede justificar millonarios ingresos económicos como para levantar una edificación de 10 pisos, o adquirir inmuebles, ni con crédito bancario, la única respuesta que encuentra es que recibió una gran herencia, se sacó la lotería o que el financiamiento proviene de fuente dudosa.

“Por este simple detalle, los indicadores económicos del departamento de Cochabamba, respecto a su participación en el PIB nacional, resultan engañosos y ameritan un análisis más detallado de instancias especializadas”, sostuvo el especialista.

La percepción fue corroborada por investigadores del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca) que, en su trabajo de campo, verificaron la sorprende prosperidad de algunas familias campesinas, que de la noche a la mañana lucen viviendas de dos a cuatro plantas, automóviles, camiones de alto tonelaje, tractores y una variedad de electrodomésticos.

En la mayoría de los casos no se justifica la adquisición de tantos bienes porque los niveles de producción agropecuaria, superficie cultivada, hato ganadero, y otras actividades económicas no son tan rentables, sostuvo uno de los técnicos del Cipca.

Refirió, por ejemplo, que entre vecinos de Sacabamba, Ansaldo y Tororo comentan que “la producción y comercialización de la blanca (droga) financia” muchas comodidades y lujos de sus pobladores como viajes de turismo a Argentina, Estados Unidos y España.

Consultado al respecto, el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba, Jaime Ponce, sostuvo que los dólares provenientes del narcotráfico y del contrabando atraviesan todas las actividades productivas, de comercio y servicio a nivel nacional, sólo que no se puede cuantificar las mismas, por el carácter ilegal de sus operaciones.

“Es un hecho que el narcotráfico y el contrabando tienen un nivel de participación en la economía; pero no se puede cuantificar porque es una economía oscura".



ENTREVISTA

Pablo Cuba. Analista económico y docente de la carrera de economía de la UMSS

"Centro de vinculación productiva"

El desarrollo regional integral hoy más que nunca se constituye en una prioridad estratégica para Cochabamba.

Dentro del contexto de desarrollo territorial ya no habría que enfatizar la pregunta “qué puede hacer el Gobierno por la región”, sino “qué estamos más cerca de producir como región, de manera competitiva”, y “de qué manera se puede concertar la inversión estatal y privada para desarrollar estos productos”. Sin embargo, el motor del desarrollo son las actividades e inversiones productivas, pero éstas en sí mismas no producen el crecimiento económico para aumentar los ingresos de la gente.

Cochabamba se encuentra en el corazón de Bolivia y es el único departamento del país que no comparte un límite con otro país.

Este hecho no quiere decir que no existen relaciones comerciales con otros países. Existen flujos de tráfico aéreo y de telecomunicación con el exterior y flujos de tráfico terrestre con países limítrofes. Además, Cochabamba ha provisto gran parte de la energía a partir de recursos hidráulicos (represa de Corani), petroleros y gasíferos (en Entre Ríos, Bulo Bulo). Por otro lado, gran parte del tráfico vial internacional pasa por Cochabamba.

En este contexto, se puede hablar de Cochabamba como centro energético, de vinculación productiva y de servicios.

Al interior del eje central, Cochabamba tiene que competir con los otros dos centros metropolitanos: La Paz y Santa Cruz. El factor clave para explicar aquello no es tanto la ubicación geográfica, sino el desempeño institucional. Durante muchos años esta situación se vio expresada en “el clima empresarial”, que no tuvo fuerza en el departamento de Cochabamba

La tarea es impulsar un desarrollo más sostenible y equitativo. Preservar los ecosistemas, atraer inversión privada, fortalecer las instituciones, impulsar la actividad agrícola e introducir tecnología para incrementar su productividad. Este cambio de paradigmas se convierte en el desafío de Cochabamba.

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