martes, 17 de diciembre de 2013

Ángel Paz Rojas. Dirige la industria cerámica en Barreras



Ángel Paz Rojas habla con la sencillez y la sabiduría del empresario que se hizo poco a poco. Administra la industria cerámica Incerpaz desde Barreras, población ubicada en el kilómetro 37 entre Warnes y Montero. Su padre, Fermín Paz, fue su mentor. “Era un hombre visionario, no se conformó con ser comerciante, quiso desarrollar la industria cerámica porque tenía 13 hijos que alimentar”, reflexiona. Hoy, luego de 35 años, Incerpaz se constituye en un referente del sector con fábricas en seis ciudades. Además, acaba de inaugurar la ampliación de la planta que opera en Santa Cruz con una inversión de $us 15 millones.

—¿Cómo empezó Incerpaz?
Mis padres, Fermín Paz y Rebeca Rojas, empezaron en 1978. Somos 13 hermanos, por eso tuvimos que crecer, eran muchas bocas que alimentar (risas). Mi padre trabajó desde muy joven como comerciante, pero luego incursionó en la industria. En esta época había escasez de material para construir. La construcción en La Paz era con adobe y edificar con ladrillo era un lujo. Mi hermano mayor investigó y, como mi padre era comerciante, hizo el contacto con fabricantes de maquinaria.

—¿Fue difícil empezar?
Empezamos en un terreno pequeño y unas máquinas pequeñas. Fue un inicio difícil, pero mi padre hizo algo muy bueno, todos trabajamos luego de los 10 años, era un requisito trabajar en el horario fuera de clases. Era muy exigente. Cuando éramos jóvenes empezamos a trabajar en las diferentes áreas de la empresa, unos en el comercio y otros en la industria.

— ¿Cuándo y cómo deciden la expansión?
A medida que fuimos creciendo vimos la necesidad de expandirnos. La premisa era crecer sí o sí y en 1992 se inició la expansión con la inauguración de una planta en Cochabamba, luego Oruro y en 1997 llegamos a Santa Cruz. A medida que crecíamos, los hermanos nos repartiamos las ciudades. No solo como comerciantes, sino también como industria. Entonces, entramos al área comercial y también aprendimos administración.

— ¿Tienen un protocolo para manejar la empresa familiar?
Mi padre, antes de fallecer nos dejó un legado bueno con su ejemplo. Él se retiró de la empresa en 1989, pero se mantenía informado de cómo trabajábamos. Fue cuando elaboramos el protocolo que ahora manejamos. Yo soy el tercer hijo de mayor a menor, el menor tiene 42 años. Ahora, soy el gerente general en Santa Cruz, soy el único de los hermanos. Trabajo con sobrinos entre 28 y 30 años que están en el área comercial en Santa Cruz.

—¿De la segunda generación quienes siguen?
Solo yo, porque no tengo un sucesor nato, ahora todos mis hermanos se fueron al área de asesoramiento y ahora quienes manejan la empresa son los sobrinos. Dentro de nuestro protocolo, si quieres un cargo bueno debes salir profesional, debes capacitarte. No se trata de que soy dueño y que mi tío me ponga en un buen cargo.

— A veces se toman más decisiones con el corazón que con la cabeza, ¿buscaron asesoramiento externo?
Eso es verdad. En realidad tomamos charlas, seminarios, porque siempre es bueno hablar. Ahora tenemos un protocolo que se actualiza de manera permanente porque se dan casos nuevos. Eso sí, somos una familia muy unida y sabemos separar lo que hablamos dentro de la empresa y fuera de ella. Tenemos muchos eventos sociales, imagínese con 13 hermanos. Cada fin de año se reúne toda la familia y hacemos una buena picana. Nos reunimos en Santa Cruz en nuestro complejo turístico Terramía. El lugar es grande, pero el año pasado nos faltaron cabaña.

— ¿Han incorporado un directorio externo?
No, el directorio está formado por los hermanos (segunda generación). Yo voy a salir el próximo año, me voy a jubilar para dar el espacio a los sobrinos que ya son 40.

— ¿Y las utilidades?
Tenemos la premisa de que el 75% se reinvirte, muchas veces quedamos con la mitad del salario, pero mantuvimos ese mecanismo, eso hace que esta empresa familiar sea diferente a las demás. Otra característica es el compromiso con la región. Acá en Santa Cruz yo soy más camba que el cruceño mismo. Para mí, primero es Barrera, Warnes, Montero y Santa Cruz. Para contratar damos prioridad a la gente del lugar, nos identificamos con la región.

— ¿Exportan?
Sí, tenemos un buen producto. Desde La Paz y Oruro exportamos a Chile y a Perú. Tenemos oficinas comerciales en Puno, Arequipa y pronto abriremos en Arica e Iquique. Pensamos llegar hasta Argentina por Tarija

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