domingo, 22 de diciembre de 2013

Ángel Melguizo: “Impulsando el ahorro: ¿algo más que formalidad?”

El problema de la informalidad laboral no es exclusivo de la región de América Latina y el Caribe.

La mayor parte de la fuerza laboral en Asia también es informal, según el informe Pensions at a Glance in Asia/Pacific1, que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha publicado recientemente comparando los sistemas de pensiones de las principales economías de la región Asia Pacífico, incluidas China, la India, Japón y el sudeste asiático.
En promedio, solo cuatro de cada diez trabajadores de Asia son formales, la misma proporción a la que se observa en nuestra región.

Es decir, exceptuando algunos de los países de alto ingreso como Japón, Singapur o Corea del Sur, la informalidad laboral es un reto compartido.

En América Latina y el Caribe, estos elevados niveles de informalidad laboral son evidentes no solo entre los trabajadores de menor ingreso, sino también entre aquellos pertenecientes a la emergente clase media (mejores pensiones, mejores trabajos), y se traducen, con la excepción de Venezuela, en unos muy reducidos niveles de ahorro privado (hogares y empresas).

En ausencia de reformas, se observa que en las próximas décadas ello va a poner en riesgo los notables avances en materia de reducción de la desigualdad y la pobreza. En las próximas décadas, las pensiones se convertirán en uno de los ejes centrales de las políticas económicas y sociales en América Latina y el Caribe (ALC). En 2050 habrá en la región el triple de adultos mayores que ahora, con una mayor esperanza de vida y, por lo tanto mayores necesidades de atención (mejores pensiones, mejores trabajos).

En cambio, las economías de Asia/Pacífico compatibilizan estos elevados niveles de informalidad (es decir, bajos niveles de ahorro previsional formal), con tasas de ahorro privado de las más elevadas en el mundo.

Casi todos los países de Asia/Pacífico (marcados en rojo) muestran niveles de ahorro interno privado bruto (como porcentaje del PIB) significativamente superior a los de América Latina y el Caribe (12 puntos porcentuales más, como diferencia de los promedios simples).

Todo ello aconseja que ambas regiones compartan agendas sobre políticas que pueden contribuir a luchar contra la informalidad laboral.

En este ámbito, los espectaculares avances en materia laboral y macroeconómica de Corea del Sur se erigen como uno de los ejemplos más ilustrativos. Pero, además, sugiere que sería interesante evaluar qué lecciones se puede extraer de la experiencia asiática (e incluso de la de Venezuela) acerca de cómo fomentar el ahorro, no limitadas a unas mejores políticas laborales y pensionales
Fuente: Blog Factor Trabajo-BID

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