lunes, 7 de diciembre de 2015

¿El dólar versus el renminbi chino?

El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) decidió que el renminbi chino o yuan reúne todos los criterios requeridos para que sea incluido, a partir del 1 de octubre de 2016, en la cesta de los Derechos Especiales de Giro (DEG) como una quinta moneda, junto con el dólar de Estados Unidos, el euro, el yen japonés y la libra británica.
Cabe recordar que el DEG es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para complementar los activos de reserva existentes de los países miembros.

Los DEG son asignados en proporción a sus cuotas, se pueden intercambiar por monedas de libre uso y sirven como unidad de cuenta del FMI y otros organismos internacionales. Su valor y su tasa de interés estaban basados en una cesta de cuatro monedas internacionales fundamentales y ahora se incluyó la moneda de China.
Se habían creado y asignado a los países miembros un total de DEG 204 mil millones (equivalentes a 280 mil millones de dólares) y la cotización actual es 1 dólar = 0,72875 DEG.
La nueva valoración del DEG se observa en el gráfico, donde el dólar de EEUU pesa un 42%, seguido del euro con 31% y, ahora, el renminbi chino con una participación de 10,9%, siendo la tercera moneda en importancia y desplazando al yen y a la libra esterlina.
Este reconocimiento aparece un poco tardío, dada la creciente importancia de China en el comercio y el producto mundial. Sin embargo, los criterios de inclusión fueron adoptados por el directorio del FMI en 2000 y establecen que en la cesta del DEG se incluyen las monedas emitidas por países miembros o uniones monetarias con el valor más alto de exportaciones de bienes y servicios durante un periodo de cinco años y que, según determine el FMI, sean monedas de "libre uso”.
El primer criterio de lejos lo cumplía China, puesto que actualmente según la Organización Mundial de Comercio (OMC) es el primer país exportador en el mundo si se excluye a la Unión Europea.
Los problemas de su inclusión derivaban del criterio del FMI sobre el "libre uso”, el cual se basa en los siguientes indicadores cuantitativos: las proporciones de las monedas en las tenencias de reservas mundiales, la denominación monetaria de los títulos de deuda internacionales, los pasivos bancarios internacionales denominados en dicha moneda y el volumen (operaciones) de transacciones en los mercados cambiarios.
De conformidad con el Banco de Pagos Internacional (BIS, por sus siglas en inglés): "La dependencia de una única moneda mundial ha disminuido gradualmente desde Bretton Woods, si bien el dólar estadounidense sigue desempeñando un papel dominante en el comercio y en las finanzas internacionales, junto con el euro”.
Si se utilizan criterios sobre el uso internacional de monedas clave (cuadro), como medio de cambio, el dólar representa el 87% de las transacciones entre par de monedas (de un total de 200%) mientras que el renminbi sólo el 2,2%. Además, más de la mitad de la facturación del comercio internacional se realiza en dólares y en renmimbi sólo un 1,4%.
Como depósito de valor, el 63% de las reservas internacionales en el mundo están en dólares, en cambio en renminbi un 1%. Asimismo, el 57% de los depósitos bancarios internacionales están en dólares y un 1,9% en la moneda china. Por último, del total de títulos de deuda o bonos internacionales en circulación, el 40% están denominados en dólares y solo el 0,6% en renminbi.
Bolivia en los últimos años incorporó a la moneda china en sus reservas internacionales con una participación del 4% en el total, mientras que el dólar de EEUU representa el 70%.
El sueño de Keynes en la Conferencia de Bretton Wood en 1944, cuando se crearon los pilares del actual Sistema Monetario Internacional, era un Banco Central Mundial y una moneda: el bancor.
Se impuso el criterio de Estado para que, por una parte, el dólar sea en los hechos, de facto, la moneda mundial dominante y, por otra parte, la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) sea el principal banco central del mundo, puesto que decisiones sobre su tasa de interés hacen temblar los mercados financieros.
El problema es que el FED no está sujeto a ninguna supervisión global, puesto que el FMI sólo realiza una función de veedor de los desequilibrios cambiarios y financieros.
* El autor es economista y expresidente del Banco Central de Bolivia.

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