domingo, 31 de julio de 2016

Bolivia ¿País minero o gasífero?

Una de las misiones del analista económico es identificar si hay cambios en la tendencia. Normalmente el cambio de tendencia no se predice sino se detecta.

Sin embargo, como producto del shock de precios del petróleo y del gas –debido a su indexación– no se veía venir que en el primer semestre de 2016 se observe que el sector minero-metalúrgico retorne al primer lugar, después de 14 años, desde 2002, como sector en importancia en las exportaciones bolivianas, desplazando al sector de los hidrocarburos al segundo lugar, como se observa en el gráfico.

Tendrá que definirse si es un cambio estructural o transitorio, pero el hecho es que sucedió y que continuará en este primer semestre. La clasificación que utiliza el INE es según actividad económica y en la industria manufacturera incluye a productos básicos como la soya y derivados (harina y aceite) y a productos de la metalurgia como el estaño, antimonio, oro y plata metálica que son considerados como commodities.

Las Naciones Unidas recomiendan que, además del Sistema Armonizado, los países puedan utilizar la CUCI para la divulgación y análisis de las estadísticas comerciales. La Organización Mundial del Comercio, OMC, para fines comparativos utiliza la CUCI para diferenciar entre productos primarios; agricultura y alimentos, minerales y metales e hidrocarburos, de las manufacturas propiamente tales.

Así, con base en la CUCI, encontramos que durante enero-junio de 2016, las exportaciones bolivianas de minerales y metales representaron el 42% de las exportaciones totales, aumentando su participación en casi diez puntos porcentuales desde un 32,3% en enero-junio de 2015. En cambio, las exportaciones de hidrocarburos participaron con un 33,7%, habiendo descendido en importancia en 15 puntos porcentuales desde un 48,6% que habían registrado en el primer semestre de 2015.

Los productos agropecuarios y alimenticios aumentaron su peso en el total exportado de 12,4% al 17,5%, la mitad del aumento porcentual se explica por el incremento de la importancia del complejo soya de 7,8% a 11%. En su conjunto, las exportaciones de productos primarios disminuyeron levemente su participación de 92,7% al 92,3%. Por el contrario, la manufactura aumentó levemente en su participación en el total en 0,4% puntos porcentuales al subir de 7,3% al 7,7% en el mismo periodo considerado.

Este cambio en la estructura se debió a la caída de las exportaciones de hidrocarburos en 50% en el primer semestre de 2016 respecto al mismo periodo del año anterior, en cambio las exportaciones minero-metalúrgicas declinaron en 6,3%, mientras que las exportaciones agropecuarias y alimentos fueron las únicas que crecieron en 2%.

Es decir, hubo un cambio en la composición no ocasionado por el mayor dinamismo de un sector sino debido a la caída más acelerada de las exportaciones de hidrocarburos respecto al sector minero-metalúrgico. No obstante la pérdida de importancia del sector de los hidrocarburos en la economía exportadora boliviana, se mantienen las ventas externas de gas natural en el primer lugar, con un 31,8% del total, después de un peso del 46% el semestre pasado.

Más lejos en importancia, en torno al 11%, están las exportaciones de zinc, oro metálico, plata y las exportaciones del complejo soya. Las exportaciones de estaño, antiguamente el principal producto de exportación, ocupan el sexto lugar en cuanto a importancia con una participación de 4,3% en el primer semestre de 2016.

El FMI estima que los precios del petróleo se mantendrán en torno a 44 $ el barril, los precios de los metales se esperan que permanezcan sin cambios en un contexto de amplia oferta y débil demanda. Las perspectivas para la agricultura son mixtas, mientras subirían los precios del café y el trigo, los de la soya decrecerán moderadamente. Según la OMC el valor del comercio mundial en el primer trimestre de 2016 disminuyó en 8,5% respecto al primer trimestre de 2015, mientras que en términos de volumen la declinación fue solo del 1%. Prevé que el comercio pueda recuperarse en el segundo trimestre, pero que su debilidad persistirá hasta el tercer trimestre de 2016. Todo parece indicar que el 2016 será un año difícil porque se están percibiendo los efectos rezagados de la caída de los precios del petróleo que fue hasta marzo.

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